Watch out!

Acerca de posts anteriores... ayer con mi novio compramos unas aceitunas Leader Price con un gusto a remedio bárbaro. Comimos dos cada uno y después repetíamos el gusto extraño ese toda la noche, que era como a Disán, neumático quemado, globo de cumpleaños... yo que sé.

Y ya que estoy —recordando decepciones Leaderpricescas—, una vez, tentadísima por el precio, compré una lata de mejillones que obviamente, me encanuté para no tener que compartir con nadie.

Como castigo, el Señor no me mandó un ataque al hígado de los mil demonios, sino que en el fondo de la lata, encontré un miriápodo de dimensiones bastante generosas para su especie, llámese ciempiés, escolopendra, gusano con patas. "¡Mmm! ¡Rico!" estaréis exclamando vosotros.
Bueno, en ese momento pensé en escribirle a Leader Price o a la pescadería que lo envasaba o ir al supermercado... pero quedaban algunos mejillones en el fondo, así que aparté al bichito y seguí comiendo los mejillones, cerciorándome bien de que fuera un molusco y no un insecto lo que yo iba a ingerir.

¿Qué...? ¿que si me gustan los mejillones...? Pse... ¿por qué?

(Unos meses más tarde, volví a comprarme una lata, esta vez "al vino blanco" y juro que era 100% molusco bivalvo).

Y las aceitunas yo ya las conocía, sabía que estaban buenas... esta vez habrán confundido la salmuera con gamesán... andá a saber.

Mi novio, que se trauma un poquito más que yo, dijo que no va a comprar más de esa marca...