¿Por qué, por qué, por quéeee...??

... porque al dafasjfloso de mi novio se le ocurrió invitar a su fiestita de cumpleaños a todos sus amiguitos y allegados mañana sábado y no quería llegar el mismo día a clavar a la hermana y madre con pizzas y tortas de fiambre de apuro.

Sí, ya sé, YO me podría haber quedado un día más, porque NO PIENSO ir a ayudar ni hacer nada (Lo que sí pienso es llegar antes que Valeria —que por cierto, cocina como el culo—).

Pero bueno. El día empezó lindo pero se nubló y empezó a hacer frío o sea que no fue tan triste la despedida.

Hice dos días de playa en total, de diez que fui. Un desastre. Mucho viento y frío.

No es para rasgarse las vestiduras, ya que muy devota igual de la playa no soy. Un poquito de viento o el agua marrón o que la nube o que el cometa y/o las estrellas mal alineadas y ya es motivo para no ir. Pero un poquito de colorcito sí me gusta tener. Maomeno. Ya dije, lo bueno es que no me voy a pelar ni tuve que dormir colgada.

Llevé la cámara de paseo. Saqué dos fotos en total: mi novio bostezando y un pájaro carpintero en una rama, que igual podría ser una paloma torcaza porque me salió medio fuera de foco.

Ni un tujets decente en La Floresta para adherirme a la propuesta fotográfica de DosMilSietes. Encontré unos maravillosos hechos de alambre en el casino de Atlántida, pero no dejaban sacar fotos. Vai cagar embora.

Y ta.

A tratar de hacer llevaderos los dos últimos días de licencia que me quedan.

¡Snif!