viernes, agosto 11, 2006

¡Yo sabía!
Mañana tiene un examen, por eso no me llamó y me despachó así, con un perro SMS (con perdón de los perros).
Hoy recibí otro SMS diciéndome que me debe el regalo y que estos días no puede, pero que me va a llevar de joda como el año pasado. Petacular. Todo vuelve a la normalidad.

Y bueno.

Mi hermana pareciera que me tiene bronca.
Anteayer llegué a casa muerta de hambre y veo con agrado que hay pan del día. Voy a la heladera a buscar MI pasta de anchoas para hacerme un refuercito y... ¡NO TA!
No me molesta que se lo haya terminado, es que la pasta de anchoas forma parte de MI arsenal de comida para cuando no hay nada para comer (y obviamente, no tengo ganas de cocinar NADA).
De tarde había visto un huevo duro sobre el fogón de la cocina... voló también. Bueno, está bien. No era MI huevo duro, habría sobrado de algo que hicieron. Pero tenía la ilusión de que siguiera estando cuando llegara del pichiclub.
Y entonces me acuerdo de que me quedaban unos palitos de Kami-kama en el freezer (parte de MI alacena)... ... ... ...
Shit!
Terminé un culito de longaniza ayer, así que mi despensa... ces't fini.
¡Ni queso había! ¡Qué desgracia! Sólo restaba cocinar... ¡aargh!
Un momento, el sábado yo me compré en la feria unas galletas de algarrobo...
Cadê elas???
¡Es un triquitraque!
Bueno. Ayer tuvieron que llevar a Bartolo (uno de mis gatos) al veterinario por unos cálculos en la vejiga (pobrecito...). Volvió el pobre gato con una sonda en el pito, hecho un trapito, sedado. Y entonces, hasta mañana sábado, el hotel del gato es el baño de arriba.
Como hace frío, mi hermana le puso un pantalón viejo de ella en un tacho para que durmiera. Y bueno, como es el baño de arriba donde están los dormitorios, cada uno que iba a acostarse tenía que usar el baño en compañía de Bartolo. So did I. Sobre todo porque en el baño de arriba está la estufa y una en estos días no se pone el pijama así como así.

Desde ayer que no encuentro mi boina de lana.
—¿Alguien vio mi boina negra de lana?
— Nooooooo... —dijeron uno por uno todos los que les pregunté.
Mi boina negra de lana, es un misterio cómo llegó a mí. Sé que es mía, pero no sé si me la regalaron, si la encontré, jamás la hubiera comprado... la encontré hace unos días en un bolsillo de una campera que hace siglos que no uso, ya que era la que usaba para campamentos o para irme para afuera. Saqué la conclusión de que debe haber sido un regalo de mi tía en Navidad o para algún cumpleaños. Un día tendría que postear sobre los regalos que he recibido de mi tía, con su foto o descripción correspondiente, porque dan para hablar. Con mi prima hacíamos competencia en Navidad, a ver quién de nosotras había recibido el regalo más gracioso.
Pero bueno. Esta boina, para ser un regalo de mi tía es bastante discretito y no es como para combinarla con las tejanas, pero para volver del club con el pelo mojado o ponérselo de noche mientras blogudeo (porque en este rinconcito al lado de la compu, hay una sucursal del Perito Moreno... ¡brrr...!).
Y ta. Mi amor por la boina de lana estos días creció más que por el amor a mi novio (lo cual no precisa mucho). Es un placer usar este sombrero, me saca el pelo de adelante de la cara y por supuesto, no me congelo tanto.
Y no la encuentro y no la encuentro y no la encuentro y revuelvo, refistoleo, levanto cosas... hasta que veo a mi madre, que todo lo sabe y todo lo ve... y le pregunto...
—¿No vistess mi boina negra de lana?
... pausa...
Mi madre piensa piensa piensa...
—¿Qué es lo que hay sobre el pantalón que le puso tu hermana al gato para que duerma? Hoy de mañana vi una cosa negra...
—!!!
Y sí.
Era mi boina...
Y mi gatito con la sonda, está algo así como incontinente, por eso la hotelería en el baño...
Y ahora mi boina está en remojo y espero que no llueva para que se seque rapidito.
Que romance tan corto. No la pensaba lavar tan pronto... ¡si igual es negra...!
 
Free Web Counter
¡Pica a chusmeando!