No me piace

ablando de que yo no leería mi blog ni en pedo: no soy de andar criticando blogs, porque aunque hay de todo en la blogósfera del Señor, cada uno tiene el derecho de publicar lo que se le antoje, desde genialidad literaria hasta fanatismo por Susana Giménez (bueno, ejem... ¿quizá aquí estoy criticando un poco?). Bueno, eso, que cada uno hace de su blog un pito.

Esto viene a que llegué hace unos días —por medio de una bloggera que leo de vez en cuando y que tomó el tema con mucho humor, como acostumbra— a un blog de una muchacha/mujer/fémina (creo) que se dedica a desecrar blogs que a su criterio, apestan, digamos.

Y bueno. Empecé a leerla porque en la lista de los que sí le da gusto leer está un blog que yo también leo mucho, porque está bien escrito, es entretenido y sobre todo, escribe todos los días (no como algunas, ¡ejem!). Tengo una corta lista de los blogs que me gustan a la derecha, no están todos y algunos ya ni existen, pero bueno...

Estoy de acuerdo con algunos que sí, decididamente ocupan un lugar al pedo en el universo cibernético pero ta y otros, la verdad, que me parece que los critica de envidia pura.

Y ta. Hasta que llegó a un blog que también leo (suponer cuál es viendo listita a la derecha): reconozco que no es el súmmum de la literatura, pero sé que la autora tiene la mejor onda, humor, súper optimismo, solidaridad y escribe con el corazón, que el que lee este blog averigua que es gigantesco.

Esta tipa critica este blog y la verdad que no tiene derecho. Ya no son ganas de divertirse a costa de otros, no es envidia, no son ganas de joder, es MALA LECHE.

Y ta. Yo seré una candidata ideal para el blog sorete del que hablo, pero me embola que anden criticando al santo pedo.

He dicho y me he desahogado (bueno, no es pa'tanto, tampoco).

Pero ta, me embola.